Hoy en día, vemos cómo la magnitud del riesgo del cambio climático impulsa el involucramiento, la definición de objetivos ambiciosos y creciente velocidad de acción, que resulta en nuevas exigencias para las empresas, las cuales provienen de entes reguladores, inversores y consumidores/clientes. Aún no son obligatorias en un gran número de casos, pero afectan a todas las empresas e industrias, no solo en países desarrollados, sino también en América Latina.
En la actualidad, empresas en el mundo están anticipándose con la definición de objetivos por encima de exigencias actuales de entes reguladores. Dada la urgencia de limitar el calentamiento global y cumplir con los compromisos internacionales e individuales de descarbonización, las empresas están poniendo foco en la solución de problemas medioambientales.
En este contexto, alcanzar la sustentabilidad se convirtió en una necesidad urgente y ventaja competitiva para las empresas, que puede destruir o crear valor, tanto para los accionistas como para la sociedad. Es por ello que desde Strategy& detallamos una serie de aspectos que reafirman la importancia de desarrollar estrategias de negocios sustentables.
El nivel de relevancia de factores ESG en las importaciones de mercados de alto valor está aumentando, impulsado por la Unión Europea. Durante 2022, la comunidad prohibió la importación y exportación de productos fabricados con trabajo forzado y, en octubre 2023, tiene programado implementar el Carbon Border Adjustment Mechanism*, a través del cual exigirá que las importaciones de acero, aluminio, energía, fertilizantes, cemento, entre otros, compartan información sobre su huella de carbono y compren certificados de carbono para su compensación.
*CBAM: La UE está a la vanguardia de los esfuerzos internacionales para luchar contra el cambio climático. El "Pacto Verde Europeo" establece un camino claro hacia la consecución del ambicioso objetivo de la UE de una reducción del 55% de las emisiones de carbono en comparación con los niveles de 1990 para 2030, y convertirse en un continente climáticamente neutro para 2050.
La divulgación de resultados no financieros es cada vez más importante para gobiernos y entes reguladores, tal es el caso de la Unión Europea que ya lo exige, mientras que otros países desarrollados, como Estados Unidos, Singapur y Nueva Zelanda, están trabajando en su obligatoriedad. En tanto, en Latinoamérica, este tipo de requerimientos están comenzando a llegar. En Chile y Colombia exigen el reporte de resultados no financieros a los emisores de valores y, en otros países de la región, están avanzando en el mismo sentido.
Ante la necesidad de limitar el calentamiento global en 1,5°C respecto a niveles preindustriales hacia 2050, los esfuerzos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero están siendo fortalecidos por mecanismos regulados de fijación de precios. Los mercados regulados de carbono de la Unión Europea, China y California son algunos de los más reconocidos. Por encima de esto, empresas en el mundo están estableciendo metas de compensación y reducción de emisiones para 2030 y 2050. Según la PwC 2022 Global ESG Operations survey, el 10% de las empresas encuestadas se comprometieron a ser carbono neutro para 2030 y el 80% tiene como objetivo reducir +90% sus emisiones para 2050.
Cada vez más fondos de inversión consideran el cambio climático como tema central en su estrategia de inversiones, tal es el caso de los bancos, que ya se encuentran evaluando el impacto de su portafolio en el medioambiente y sociedad en base a Principios de Banca Responsable de las Naciones Unidas. Asimismo, un creciente número de inversores está dispuesto a aceptar menores tasas de retorno a cambio de la generación de beneficios sustentables materiales para el desarrollo futuro del negocio. Según otra encuesta de PwC, realizada en 2022, solo el 40% no aceptaría rendimientos menores.
La sustentabilidad está transformándose en una necesidad básica para los consumidores, tal como los precios y la conveniencia. Según la PwC 2021 Consumer Intelligence Series survey on ESG, el 80% de los consumidores estarían dispuestos a comprar productos y servicios de empresas que estén alineadas con sus valores sustentables, y penalizar a aquellas con un pobre accionar sobre temas medioambientales y sociales. En transacciones B2B, también está creciendo el nivel de escrutinio sobre el origen de los insumos y las condiciones en las qué bienes y servicios son ofrecidos.
Las exigencias plantean oportunidades y desafíos para las empresas. Aquellas que están a la vanguardia en sustentabilidad pueden beneficiarse de las oportunidades en lugar de limitarse a mantener su licencia para operar. Lo hacen a través del desarrollo de tres impulsores: crecimiento de ingresos, excelencia operativa y mitigación de riesgos. Estas empresas cuentan con el soporte completo del management, desarrollan planes integrales con métricas concretas y mecanismos de seguimiento robustos basados en tecnología, y tienen un portafolio de productos alineado a la sustentabilidad.
Fuente: Elaboración propia de Strategy& de PwC Argentina
Las empresas de energía vienen comercializando hace tiempo energía proveniente de fuentes bajas en carbono a precios diferenciales en Latinoamérica. Hoy esta posibilidad existe también para otras industrias. Por ejemplo, desde Nueva Zelanda hasta Brasil y Uruguay, algunos productores integrados de carnes han desarrollado cortes de carne carbono neutro, es decir que su huella de carbono, desde la cría del animal hasta la disposición final, es compensada, y ya los están exportando a mercados de alto valor con precios diferenciales.
Las empresas de consumo masivo en Latinoamérica están maximizando la capacidad de carga por viaje y uso de combustibles bajos en carbono en la flota de transporte, a través de alianzas con operadores logísticos. También, están implementando iniciativas circulares, como el desarrollo de productos y packaging a partir del reciclaje y reutilización de materiales, o la reutilización del agua de lavado como lubricante para otros procesos.
Las automotrices y empresas de manufactura en Argentina están apostando al desarrollo de proveedores locales mediante la implementación de programas y aumento de la proporción de compra de autopartes e insumos para la producción, así minimizar los riesgos de interrupción de la cadena de suministro producto del cierre de importaciones o crisis de salud (ej. COVID-19).
El grado de madurez y la velocidad de la transformación sustentable, si bien varía por región e industria, es aún incipiente. La encuesta de PwC "ESG Empowered Value Chains 2025" realizada a ejecutivos de distintas empresas del mundo resalta que solo el 6% de la muestra cuenta con objetivos sustentables integrados a los de negocio y desagregados por función para su monitoreo, una propuesta de valor alineada a estos objetivos y un modelo de gestión de riesgos robusto en marcha para la cadena de valor. En la gran mayoría de los casos (87% de los encuestados) tienen planes parciales y una propuesta de valor en estado incipiente de evolución, que no están alineados con la estrategia de negocio. El restante 7% son empresas que no definieron objetivos ni un plan de sustentabilidad, con un número limitado de iniciativas implementadas.
Por otro lado, muchas empresas tienen iniciativas en marcha pero no están integradas a un plan ni alineadas a la estrategia del negocio. La tecnología y acceso a la información es otro desafío que las empresas tienen al momento de monitorear y gestionar los impactos de las operaciones propias e involucrar a grupos de interés de la cadena de valor en el proceso de transformación. Todo esto conlleva a que las empresas no logren aprovechar las oportunidades de creación de valor y liberar el potencial completo de la revolución sustentable.
La sustentabilidad está cada vez más presente en las agendas de los Directorios y del CEO, en especial temas relacionados con el cambio climático. Es fundamental tomar acción para aprovechar oportunidades de fortalecimiento de los modelos de negocio y estar preparados ante la evolución acelerada de exigencias que alcanzan a todas las empresas e industrias, no solo en países desarrollados, sino también en América Latina. Para ello, las empresas deben integrar elementos sustentables en la estrategia corporativa y desarrollar un plan integral detallado. Pueden aprovechar las oportunidades de generar negocios a partir de la sustentabilidad y evolucionar sus modelos de negocio, impulsando la eficiencia de recursos, la excelencia operacional y la mitigación de riesgos. Por último, al reimaginar su modelo de reporting, permitirán la medición, gestión y divulgación de resultados no financieros.